domingo, 9 de febrero de 2014

Mundo Interior

Cuando se expone el Lolita desde los diferentes ángulos que le rodea como la propia moda, expresión artística, estilo de vida o cultura, se tiende a globalizar un concepto, se resume en un nombre o imagen para aclarar que es lo que se muestra y evitar desagradables confusiones (o conceptos incorrectos), aunque esta curiosa manía no se comparta por general en Japón, cada uno es como es, hay muchos gustos, mucho tipo de personas para resumirse en un nombre o un pensamiento.


Englobar al Lolita en cuanto a estética en teoría resulta cómodo o claro para ser expuesto pero como una forma de actuar es un claro error, cada persona es única.
Se comparte estética o ciertos gustos, pero incluso en ocasiones ni siquiera se coincide en ello (por ejemplo el gusto musical o de ropa de cada individuo, vivir el Lolita en comunidad o en solitario...etc) además de tener otras pasiones además del Lolita,y  esto obviamente también ocurre en la personalidad o forma de actuar,  por lo que cada una nos diferenciamos bastante llegando solo a compartir solo ciertos elementos.


No existe reglas a seguir en cuanto actitudes o un rol a interpretar por vestir de una forma determinada, la educación va en cada uno, no somos muñecas, ni personajes, el Lolita no es ficción, el Lolita lo compone mujeres y hombres reales, que actúan y reaccionan frente a la vida como lo que son, humanos, por lo que es absurdo englobar al Lolita o tener un concepto en cuanto como se comporta o es una Lolita a nivel general.
Un libro no se puede juzgar por su portada.



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